Objetivos - Desenlaces - Metas ¿Bien Formados?


No sé qué más tendrán en común el poeta Kavafis y el filósofo Nietzche (bueno - tenían bigotes, escribían muy bien, eran más o menos contemporáneos) pero algo que los dos expresan muy clara y elgantemente es la idea de que no todos los fines son metas.

Nietzsche lo expresa así: 

"No todos los fines son metas. El fin de una melodía no es una meta; sin embargo, si la melodía no ha llegado a su fin tampoco alcanzaría su meta..Una parábola.".
Kavafis, por su parte, expresa con la metáfora del viaje a Itaca algo que no está incluido en absoluto en la planificación por objetivos. Llegar a Itaca no es dé igual pero, no es lo único ni necesariamente lo más importante del viaje. La calidad de la experiencia es primordial.

Esto no es una cuestión de uno cosa u otra - lo cuantitativo o lo cualitativo. Pero un cierto simplismo de pensamiento ha tendido a crear exactamente esa idea.

Parte de la cuestión es la casi obsesión que hay en círculos de formación empresarial o de "excelencia" y de - "coaching" y PNL tradicional también - con los objetivos.

Primero estaba Leslie Cameron Bandler con sus "condiciones de buena formación de desenlaces (u objetivos, o resultados o lo que quieras que sea la traducción de "outcomes" en inglés). Afirmaba haber "modelado" a muchas personas que conseguían fácilmente lo que se proponían y postuló la importancia de fijar metas que sean "enunciados en afirmativo" (por aquella falacia - plausible pero no por eso deja de ser una falacia - de que no se puede no pensar en un elefante rosa), sensorialmente explícitos, "contextualizados" ( ¿con quién y dónde lo quieres/ con quién y dónde no?), con los recursos necesarios y lo posibles impedimentos identificados y con su horriblemente mal nombrado "chequeo ecológico" (suena muy bonito pero de ecológico no tiene nada - es tan solo una comprobación de congruencia).

Luego están los "objetivos M,A,R,T,E versión de habla hispana de los “SMART objetives”. Es decir que sean medibles, alcanzables, realistas (o en algunas acepciones “retadores”), temporales (es decir con un marco temporal) y específicos.

Y realmente, no tengo nadad que objetar a ello. Es sentido común puesto en un acrónimo. Cuanto más se especifica cierto tipo de meta, más fácil resulta tenerla presente. Es, al fin y al cabo, el efecto de la lista de la compra. Si quieres comprarte algo - por ejemplo un abrigo conviene tener y mantener algún tipo de representación de esa idea.

Pero, claro, eso solo vale para cierto tipo de metas – las que se pueden especificar sensorialmente – (que es precisamente el territorio y ámbito de la PNL tradicional). No vale para las metas no sensoriales – metas más cualitativos – ser más espontáneo por ejemplo, o más divertido.

Y - claro está – solo son metas y la mayoría de las cosas que valoramos los seres humanos no son metas tampoco. Amar a alguien no es una meta, disfrutar de una puesta de sol no es una meta, escuchar (o tocar) una sinfonía tampoco lo es. Hay una gran diferencia entre “buscar la felicidad” y “estar felizmente buscando” lo segundo es una cuestión de cualidad y también de calidad.

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